Abadía de Notre-Dame de Fontgombault

Este era el pensamiento de San Benito
cuando recomendaba no preferir nada al oficio divino,
como si la mirada del santo Patriarca estuviera constantemente atenta
a este deber de nuestra oración:
rendir honor, homenaje y servicio a Dios
según las formas, oraciones, cantos,
y ceremonias instituidas por la Iglesia,
porque su Esposo le ha dado las palabras de la vida eterna;
asociar nuestra voz a la de los ángeles,
y anticipar así las horas de la eternidad.

(según Dom Paul Delatte, tercer abad de Solesmes)